Todas soñamos con alguien que nos proteja, alguien a quien abrazar cuando estemos mal, alguien que se ponga celoso por una simple tontería, con quien pelearnos y reconciliarnos, alguien a presentar a mis padres, que no les guste el chico, pero después de unas semanas lo acepten, porque me hace feliz... lo malo de ésto, es que está sobre valorado.
Eso no existe.
El chico de nuestros sueños no existe. Es más, el chico perfecto no existe.
Llega un momento que todo el prototipo de chico perfecto que teníamos en mente se convierte en el chico que se sienta a nuestro lado en clase, o el chico que conocimos en una tienda, o el dependiente del supermercado...
Nuestra mente está creada para idealizar lo que queremos, lo que soñamos; lo que el mundo nos da de comer, y cuando digo mundo, digo cinema, novelas, etc.
Nos olvidamos que lo que leemos, vemos y soñamos es ficción. No es real. No podemos escoger, ni tu, ni la consciencia ni la cabeza. Sólo el corazón.
¿Y si pudiéramos escoger el chico con el que vamos a estar? ¿Y si naciéramos con marcas en el brazo iguales a las de un chico que tal vez se encuentre en la otra mitad del mundo, pero el destino os juntara? ¿Y si....?
Nada. No podemos.
El chico de tus sueños tal vez sea tal y como lo imaginabas, o tal vez no. A lo que me refiero es que la vida es un largo, largo, largo camino que te lleva a un lugar (bueno o malo) y te vas a ir cruzando con gente (buena o mala), sólo que desde otro punto de salida, un chico también sigue este largo, largo, largo camino; y se dirige hacia ti.

Sally (storyteller Y)
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